Mi pequeña colección

Cuando ví el desafío de la colecciones en Blad pensé en mi pequeño rejunte de teteras y pavas. A decir verdad nunca fui coleccionista de nada, pero estas hermosas teteras fueron apareciendo en mi vida, cada una con un valor especial: una tetera que compramos en un viaje de fin de semana con mi marido, que me recuerda el verde de Tandil; otra que en realidad es una salsera que heredé de mi abuela, que me hace imaginar las mesas compartidas en familia; una pava hermosa que me regaló mi amiga Florencia; otra que compré; otra que le sobraba a mi mamá; otra que le robé a mi mamá; una hermosa y delicada teterita  que me regaló mi hermana para mi cumpleaños y otras que, cuando me las regaló mi marido, ya supe que me estaba metiendo de lleno en el mundo de las colecciones.

Todas están juntas en el vajillero esperando ocupar un lugar en la cocina de nuestra próxima y, al fin, definitiva casa.

Creo que las colecciones comienzan por casualidad 

y se mantienen por cariño, 

cada pieza tiene un sentido por el recuerdo que la une a nuestra vida.

regalo de mi hermana Rochy

Incluso hay alguna piezas, que ni siquiera forman parte de tus recuerdos, 

pero su valor sentimental adquiere un nivel inesperado

 por la fantasía que le asociamos.

la salsera de mi abuela Santina

Ojalá pudiera tener una foto del tarro de leche Nido en donde mi hermano guardaba las bolitas. Era su colección, recuerdo meter la mano entre medio de ellas para sentirlas o mirarlas al sol como objetos misteriosos. Y me pregunto qué habrá pasado con la colección de muñequitos de los chocolatines Jack, que todas las noches religiosamente mi papá nos traía y que mi hermano exhibía en su repisa. 

Lindo desafío el de las colecciones no?, me dejó una sonrisa y muchos recuerdos.

                                                        un beso
                       
                                                                      Judy